Aquí y ahora, sintiendo mi cuerpo, ¿Cómo es?, ¿qué lo construye?, ¿hasta dónde llega?
Inhalo interrogantes, exhalo y se resuelven.
Me cuestiono, me respondo, sonrío, me emociono.
Mi cuerpo aparentemente en silencio, grita por dentro, salta, crea.
Obstáculos, abismos, pesos, caídas.
Para un lado y para el otro, tantos ángulos, perspectivas, soy grande, pequeña, elástica, fuerte, resistente, liviana, libre, presente, fugaz y feliz.
Y ahora me encuentro conmigo,
Fluyendo tras ritmos desde el más amargo hasta el más dulce sabor.
El sabor de vivir.
Una secuencia de fotografías mentales.
Sentidos que se agudizan.
Ojos que miran para adentro.
¿Había tristeza? Ya no recuerdo, ¿Algo me agobiaba? Se me olvidó.
De repente un nuevo amanecer, nuevos placeres, nuevos objetivos.
Cuando el cuerpo danza, danzan las ideas, algunas se renuevan, otras crecen, unas se aclaran, otras se disparan.
Cuando el cuerpo danza habla, grita, algunas veces llora, es su oportunidad,
Se manifiesta, se conoce, se respeta y se presenta.
Cuando el cuerpo danza, conectamos con la invisibilidad que transforma el exterior.
Poderoso vehículo que logra hacer susurrar el viento a su velocidad,
Susurro que golpea mis oídos, secretos que solo así se pueden escuchar.
Cuando el cuerpo danza, con él, historias, ancestros, ideas que fluyeron y se defendieron.
Cuando el cuerpo danza se construye una nueva parte de mí,
Ya no soy, porque cuando el cuerpo danza, nace una nueva vida.
El corazón bombea,
Más vivo que nunca y amando más que siempre.
Ele.
Escrito inspirado en procesos de descubrimiento en DanSer "Danza desde la Raíz".
Fotografía DanSer 2019
Gracias,
Eliana Rodriguez