El Método Feldenkrais se basa en la premisa de que nuestros movimientos, pensamientos y emociones están interconectados y que al explorar y refinar nuestros patrones de movimiento, podemos mejorar nuestro funcionamiento y bienestar general.
Este enfoque tiene sus raíces en varios principios filosóficos clave:
Enfoque holístico: El Método Feldenkrais considera al ser humano como un sistema complejo e interconectado en el que se entrelazan los aspectos físicos, mentales y emocionales de la experiencia.
Autoconciencia: el método alienta a las personas a desarrollar una mayor autoconciencia y autoobservación, lo que puede ayudar a identificar y cambiar hábitos de movimiento limitantes o ineficientes.
Aprendizaje a través del movimiento: El Método Feldenkrais utiliza movimientos exploratorios suaves para fomentar el aprendizaje y el autodescubrimiento, enfatizando la importancia de la retroalimentación sensorial, la curiosidad y el juego en el proceso de aprendizaje.
El sistema nervioso: El método reconoce el papel central del sistema nervioso en la organización y coordinación de nuestros movimientos, con el objetivo de mejorar las conexiones neuromusculares a través de la exploración consciente del movimiento.
Enfoque individualizado: El Método Feldenkrais respeta el cuerpo, la historia y las necesidades únicas de cada persona, y las motiva a explorar sus posibilidades personales de movimiento y desarrollar sus propias soluciones.
Ausencia de juicios y no competitividad: el método fomenta un entorno de aprendizaje sin prejuicios ni competitividad, lo que permite a las personas aprender a su propio ritmo sin presión para desempeñarse o ajustarse a estándares externos.
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