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ÓRGANOS EN PAZ, LA TRANSFORMACIÓN EMPIEZA ADENTRO. Pulmones ... tristeza ante la pérdida.

Actualizado: 30 jun 2020




Encargados de la respiración y de regular la energía en el organismo, no en vano el aliento impulsa, vivifica e inspira; eso es lo primero que se hace al nacer: tomar una bocanada de aire y apersonarse de la existencia. Cada inhalación es un SI a la vida, a implicarse plenamente en ella; al exhalar se va soltando lo que ya no es, dando paso al vacío y luego a un nuevo aire en la eterna danza del recibir y el dar, de lo interno y lo externo.


El oxígeno penetra por la nariz y viaja a través de la tráquea, bronquios, bronquiolos y alvéolos en donde se produce el intercambio gaseoso con la red de capilares que hay alrededor de ellos, siendo absorbido por el torrente sanguíneo para ser transportado hasta llegar a cada célula dándole combustible; allí ocurre un intercambio de oxígeno por gas carbónico (desechado por la combustión celular) que regresa por las venas al corazón y a los pulmones a fin de completar el ciclo una y otra vez.


Junto con el aire llegan los olores, mensajes olfativos que activan el sentido más primario, que puede remontar a recuerdos de otros tiempos. A su vez, el aire llega a las cuerdas vocales, la fuerza y tono de la voz refleja la energía de los pulmones; por ende trabajar la voz, aprender a entonarla, ayuda a fortalecer estos órganos.


Por su parte cuando hay desaliento falta el aire, el dinamismo. Es una tristeza de otoño, más desencanto que desesperación, como una nostalgia por que lo más bello, lo mejor quedó atrás y no se siente regocijo hacia el futuro, pudiendo llegar incluso al pesimismo. Momentos de recogimiento, prudencia y circunspección que pueden llevar a juicios muy rigurosos hacia sí mismo, hacia los otros.


Ayuda hacerse las siguientes preguntas:

• ¿Siento desesperación o desánimo?

• ¿Me está asfixiando alguna situación o persona?

• ¿Tengo espacio suficiente para moverme y liberarme?

• ¿En qué situaciones mi respiración se vuelve superficial y en cuáles respiro de manera profunda?

• ¿Qué me quita el aire, me deja sin aliento?

Al equilibrar la energía de los pulmones se desarrolla un sentido de justicia, objetividad y serenidad, ya no hay dureza, sino un deseo de vivir bien. Para ello RESPIRAR PLENAMENTE, con gusto, a conciencia, y generar así un nuevo despertar de la energía con entusiasmo, sin temor, con ganas. Inhalar aire aporta vida, dejar de hacerlo supone la muerte; es un reflejo de la capacidad de tomar, de retener y asimilar, de soltar y, de entregarse en total confianza. Hacer el siguiente ejercicio de cuatro momentos y observar qué sucede:

Inhalar por la nariz largo y profundo

Sostener el aire adentro

Exhalar por la nariz lentamente

Sostener sin aire


¿En cuál momento se siente tranquilidad y confianza? ¿En cuál momento hay ahogo o desespero?, ¿Qué se puede inferir de lo que sucedió?.

La manera de estar en equilibrio es que el mismo tiempo que dure la inhalación dure la retención de aire, la exhalación y el estar sin aire…. Y en todo ese proceso, atención, serenidad y calma. Tomarlo como hábito diario durante unos cuantos minutos, lo agradecerá profundamente no solo el sistema respiratorio y el nervioso, sino todo el organismo.


En sánscrito atma significa ALMA y también ALIENTO. Inhalar es permitir que el espíritu esté en el cuerpo físico; dejar de respirar es entrar en fusión con el aliento cósmico, más allá de este plano material. Por ello respirar tranquila y profundamente es estar relajado y en paz consigo mismo, con los otros, con el Todo, agradeciendo el Soplo de la Vida!

Dalila Barón. Junio 19 de 2020.


Para danzar los alientos y desalientos, comparto lista de reproducción:


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