top of page

Generalidades sobre Danzas Afrocubanas

Las Danzas afrocubanas constituyen un maravilloso ejemplo de la cultura de resistencia de las personas esclavizadas transportadas desde diversas zonas de África a Cuba, los bailes que acompañaban los ritos religiosos de estas culturas africanas han pasado a ser transformados como resultado de los procesos de transculturación, patrimonio de la cultura cubana y una de sus fuentes más ricas para la danza y la música en la Isla.

Con la llegada a Cuba de cerca de 1 300 000 esclavos desde África entre 1523 y 1853, la población de Cuba poseyó una fuerte presencia negra.

La mayoría de esas danzas de origen religioso vienen de pueblos lucumíes de cultura yorubá de Nigeria Occidental, cuya religión de la Regla de Ocha o santería adora a santos u Orishas, sincretizados en Cuba con los santos católicos. A ellos se le dedican danzas en los rituales que se acompañan con fiestas llamadas wemilere que aúnan los elementos religiosos con los festivos, conocidas como “tambor”, “bembé”, “toque”, etcétera, según el lugar donde se desarrollen y los instrumentos que se utilicen en la parte musical, ya sean los tradicionales tres tambores batá (iyá, okonkolo e itótele), tambores de bembé, güiros, entre otros.


El Orisha que abre y cierra los caminos es Elegguá, que se manifiesta como un niño muy travieso, amante de las bromas. Su baile es alegre, con movimientos que semejan desbrozar y copar los caminos en los montes, ayudado por un “garabato”, rama en forma de horqueta que se utiliza para separar las hierbas.

El Orisha de los metales y el monte es el guerrero Oggún. Baila mimetizando su permanencia en el bosque con movimientos muy fuertes que recuerdan el uso del machete como objeto de labor o instrumento de guerra.

Elementos básicos de las danzas de estos dos personajes son los que abordaremos a lo largo del taller.


Bibliografía:



0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page